Libro Martín Rivas
A inicios del mes de julio de 1850 llega un joven
provinciano llamado Martin Rivas a una gran hacienda , allí le pregunta a un
criado si esta era la hacienda de Don Dámaso Encina, el criado le dice que sí y
va a avisarle a su patrón de la visita. Don Dámaso hace pasar a Martin y le pregunta
que es lo que necesitaba, Martin le da la cara de su padre José Rivas (que
había muerto hace poco tiempo) en la cual le ruega a Don Dámaso dar hospedaje a
Martin mientras este termina su carrera de abogado, pues era la última
esperanza para su familia, Don Dámaso le acepta, debido a que le debe favores a
su padre, los cuales remontan la historia hasta
hace muchos años, un mes después que Don Dámaso se había casado Engracia Núñez por su herencia,
la cual era de 30.000 pesos, cuando viajaron a Copiapó por asuntos de
trabajo
Ahí se encuentra con un hombre que le debía dinero y no
podía pagar, José Rivas, pero que tenía una mina con la cual podían llegar a un
acuerdo .Don Dámaso al ver la mina le propone un trato: José le da 12 barras y el patrón de don Dámaso le
aplaza la deuda y quita algunos intereses, además Dámaso invertiría en la mina
donde ganaría 1,5 de lo que invirtió. Don José no se pudo negar a sus
condiciones pues tenía un hijo (Martin Rivas) y una esposa (Doña Catalina
Salazar) que mantener.
De esta forma Dámaso se establece en Copiapó y trabaja en la
Bolsa de Comercio de Valparaíso. A medida que se va explotando la mina compra
la parte de José hasta a los 6 meses el queda como único dueño y administrador.
Aparte de la mina realiza otros negocios (actualmente Don Dámaso, ofrecía
prestamos con altos intereses)
Llega a tener mucho dinero y compra una gran hacienda cerca
de Santiago, su actual hogar donde vivía con su mujer Doña encina y su hija
Leonor, una hermosa muchacha de 19 años, y cuando llega Martin está próximo a
recibir la llegada de su hijo Agustín que regresa de su viaje a Francia, donde debía haberse llenado de conocimiento, más lo único
que hizo fue holgazanear.
En la tarde Martín es presentado a la familia de Dámaso,
donde ve por primera vez a Leonor de la cual queda instantáneamente prendado.
La forma de tratarlo la familia aristocrática deja claro las enormes distancias
sociales que les separaban, lo cual deja a Martín cohibido además del desinterés
que presenta Leonor en él, mas después se repone de esta situación respondiendo
con mucha entereza las preguntas de Don Dámaso. Después él se retira a su
cuarto después de cenar, y decide recorrer la ciudad para olvidar sus penas y
comprar algunos libros
Llega a la plaza de armas donde ocurre un altercado; Martín
al ver sus bototos degastados comparados con los botines de Agustín accede a
probarse los botines que le ofrecen los zapateros de la plaza, pero después se
arrepiente de comprarlos pues le quedaban mal y no tenía dinero para
derrocharlo en zapatos. Por esto pelea con un zapatero y ambos pasan varias
horas en la cárcel, por esta razón Martín se queda fuera de la casa al llegar a
la casa después del cierre de puertas.
Al mismo tiempo en la hacienda se realiza una tertulia donde
asiste la hermana de Don Dámaso, Doña francisca, con su esposo, Fidel Elías, su
hija Matilde, un amigo de Don Dámaso, Don Simón Arenal, además estaban los
pretendientes de Leonor, Clemente Valencia y Emilio Mendoza, los cuales luchan
por la atención de su amada.
En esta tertulia se discute de política, Don Simón y Don
Fidel desean que Don Dámaso se una a ellos en su tendencia política
conservadora, apoyando el gobierno, pero él estaba influenciado por el
liberalismo que acababa de leer en un periódico. Leonor se entera de que su
prima aun ama a Rafael San Luis un antiguo amor con el que no habían podido
estas por culpa de su falta de dinero. Además se da a conocer que se espera que
Agustín se case con Matilde.
Al otro día llega Martín a la casa y cuenta sus infortunios
a la familia. Don Dámaso le ofrece que lo ayude con sus libros de cuentas, como
secretario, le pagaría 50 pesos al mes. Martín rechaza el pago pues Don Dámaso
ya había sido muy generoso con él, lo cual deja muy buena impresión en Dámaso
de Martín.
Después entra a estudiar al Instituto Nacional donde llama
la atención y es aislado por la clase social a la que pertenece, a pesar de
esto siempre demuestra que es un buen alumno, responde las preguntas y hace
debates donde demuestra su inteligencia y agudeza. Después de unos días hace
aparición un joven a que todos respetan, Rafael San Luis, este y Martín
entablan una buena amistad en la que se apoyan y ayudan. Martin nota que su
amigo es melancólico y que en su interior carga con una gran pena.
En la cena Leonor se muestra muy interesada Ramón, esto
entristece a Martín que se siente utilizado por Leonor. Ramón le aconseja a
Martín el no enamorarse sobre todo si es un amor imposible, pero Martín ya nada
puede hacer.
Al otro día Leonor como la noche anterior se acerca a Martín
para hablar de san fuentes, donde le confiesa a Martín que está interesada en
san fuentes por su prima Matilde, ya que ella lo ama. Esto alegra a Martín ya
que él pensaba que ella amaba a san fuentes.
En la tertulia del Don Dámaso el 19 de agosto fue agitada
debido a que en La Sociedad de La Igualdad, se produce la sesión de los palos,
en su quinta sesión donde fueron reprimidos por los militares. Don Simón, Don
Fidel, Emilio Mendoza, apoyaban la
acción del gobierno y Doña Francisca y Martin la condenaban. Entre ellos estaba
Don Dámaso que se debatía que apoyar pues estaba influenciado por el
liberalismo, pero deseaba proteger su riqueza y sus amigos le decían que debía
estar del lado del presidente para conservarla, además aspiraba al puesto de
Senador.
Después de esta reunión se fue a encontrar con San Luis pues
este iba a llevar a Martín a un lugar donde divertirse y distraerse de sus
penas por lo cual asiste a un picholeo donde hace amistades con gente de la clase media.
Rafael San Luis frecuenta a los Molina, familia compuesta por su madre, la pícara y
ambiciosa Doña Bernarda; la desdeñosa y hermosa Adelaida; el intrigante y
flojo, pero ambicioso Amador y la dulce y buenamoza Edelmira.
Ademas descubre que el afrancesado Agustín, intenta seducir
a Adelaida. Los Molina interpretan en estas visitas una señal de aceptación de
su grupo en los círculos de la clase alta criolla.En esta reunión se juegan a
las cartas, se baila al son de la guitarra la zamacueca, se bebe alcohol y
pretenden las parejas.
Martín establece una amistad con Edelmira ya que es una
persona que lo comprende, ella demuestra que es muy distinta al resto de su
familia, ella al igual que Martín no disfruta de estas reuniones por lo que
pueden hablar de temas en común (Edelmira es pretendida por el capitán de
policía, Ricardo Castaños).
Después de esta reunión Martin se queda a pasar la noche
donde San Luis, donde le cuenta su triste historia de amor con Matilde que había
sido truncado al empobrecer súbitamente la familia de Rafael San Luis debido a
la muerte de su padre y a negocios fallidos, por lo que Don Fidel había optado
por alejar a San Luis de Matilde utilizando a Don Dámaso, quien terminó por
romper en definitiva el enlace, sacando a San Luis de la casa y prohibiéndole
ver otra vez a Matilde.
La noche del 21 de agosto, la tertulia trataba los
acalorados temas del 19 contra La Sociedad de la Igualdad, donde discutían
sobre las medidas que debían tomar las autoridades debido a los rumores de
establecer un estado de sitio. En esta tertulia Leonor y Martin actúan como
mediadores de Matilde y de Rafael. En esta ocasión Leonor se promete vengar la
humillación que sentía al verse humillada por creer que Martín la amaba, y
Martín se va deprimido pues cree que Leonor le utiliza como un objeto y no era
nada para ella.
La tía de San Luis, Doña Clara San Luis, amaba y protegía
mucho a su sobrino, y le dolía el corazón verlo desanimado y deprimido, por
esto se dice a su hermano Don pedro San Luis que Rafael vaya con su hijo, Demetrio
a encargarse de la hacienda El Roble, a la cual pronto tenían que renovar el
contrato de arriendo con Simón Arenal. Doña Clara le cuenta a su sobrino sobre
el ofrecimiento de su tío y este le contesto que iba a meditar el tema.
San Luis le comenta esto a Martín y este le aconseja hablar
con su tío para que esta situación le sirva para estar con Matilde. En esto
Leonor convencía a Matilde de luchar por su amor y acuerdan intentar que
Matilde se junte con San Luis. Leonor va a buscar a Martín y ambos cuentan al otro que San Luis
y Matilde aún se amaban. Ambos informan a sus respectivas amistades y les
aconsejan que se vean.
Agustín pide a Martín que lo acompañe a la casa donde se
llevan a cabo los picholeos pues le quiere ir a ver a Adelaida, Martín accede.
Llegan a la casa de Doña Bernarda, allí Agustín acuerda juntarse con Adelaida
la noche siguiente pues este le había pedido la prueba de amor, mas Adelaida no
era ingenua por lo tanto Agustín no podría aprovecharse de ella.
San Luis le envía una carta a Matilde confesándole su amor y
su esperanza de ser correspondido, a esto Matilde con la ayuda de Leonor le
respondería que se juntarían en la Alameda cuando ella diera un paseo con
Leonor y Agustín.
Leonor le va a decir a Agustín el plan al cual este accede,
Leonor se entera que este paso una bella
velada en una casa con una buenasmozas muchas en compañía de Martín, lo cual
provoca en Leonor un sentimiento nuevo llamado celos.
Rafael San Luis estaba muy feliz con la noticia que le trajo
su amigo Martín de que Matilde aún lo amaba. Lo primero que hizo fue mandar a
su tía para enterar a Don Pedro de sus nuevos proyectos sobre la hacienda “El
roble” con cuyo arriendo planeaba ganarse la voluntad de Don Fidel Elías.
En su cuarto recordó su dicha, pero entristeció al recordar
sus acciones desde su separación con Matilde; el remordimiento por haber
sacrificado el honor de Adelaida Molina, al consuelo de sus penas retumbaba en
su cabeza más fuerte que nunca; ahora se sentía impuro al ir a jurar amor a los
pies de Matilde.
Se dispuso a escribirle una carta la que terminó después de
romper dos, se dirigióa la casa de Matilde y le hizo llegar la carta, la cual
fingió un dolor de cabeza para no ir a la casa de Leonor, ya que temía que
alguien notara su turbación por la carta que recibió.
Leonor fue a la iglesia y pasó a ver a su prima, ésta le
mostró la carta; convinieron en hacer lo que planearon el día anterior es por
eso que Matilde le envió una contestación.
Leonor fue a buscar a su hermano Agustín para que lo
acompañara entre las una y las dos a la Alameda; tuvieron una conversación en
la que supo que Agustín y Martín habían estado con unas niñas, Leonor se sintió
humillada porque sentí QUE Martín la había mentido sobre no amar y ahora
hablaba de amor con otra. Agustín quedó completamente convencido de que debían
ayudar a Matilde.
Poco antes de la una Leonor bajó con un traje muy elegante
que realzaba su belleza, se entretuvo un rato con una sombrilla que tenía en
las manos, luego se levantó para mirarse en el espejo, cuando entra Martín que
la estaba observando hace un rato por la ventana y le dice que ha cumplido su
encargo, Leonor lo recibió con fría mirada, Martín se iba a retirar pero Leonor
lo interrumpió diciendo que su hermano le contó lo que hicieron anoche.
Conversaron que Rafael tenía una posición distinta a la de
él, al contrario de Rafael amará sin esperanza, con esto Leonor bajó la vista,
pero su orgullo hizo que sintiera vergüenza.
Leonor se levantó para ir a decirle a un sirviente que le
dijera a su hermano que lo estaba esperando, con esto Martín se retiró triste
por como lo trató Leonor.
Agustín bajo y fueron a buscar a Matilde la que estaba muy
confiada al principio; luego se dirigieron a la Alameda, con lo que la
seguridad de Matilde se transformó en nerviosismo.
Llegó Rafael, luego de saludarse se entablo una conversación
y luego fueron a caminar en parejas, Leonor con Agustín y Rafael con Matilde,
estos últimos se declararon su amor mutuamente; Rafael le contó su plan para
que Fidel lo aceptara y se despidieron.
La narración retrocede al día siguiente de la fiesta
celebrada en casa de Doña Bernarda por su cumpleaños. Amador va a hablar con su
hermana Adelaida porque tiene un plan para casarla con Agustín; ella debía
aceptar una cita con él, entonces Amador llegaba con un amigo que es sacristán
y los obliga a casare; a su madre le dirán que es sacerdote en vez de sacristán
para que acepte el plan, luego debe decirla a Agustín que si no le cuenta a su
familia no podrá ver más a Adelaida, así le cuenta a su familia, luego se le
cuenta a Agustín que no están casados de verdad y éste para no pasar vergüenza
se casa de verdad, se supone que Adelaida no sabía nada. Adelaida no se atrevía
a contradecir a su hermana por miedo a que revelara que había tenido un hijo con
Rafael, del cual quería vengarse; este hijo se encontraba en el campo con una
hermana de Doña Bernarda; además le gustaba la idea de ser la mujer de un joven
rico.
Amador le contó el plan a Doña Bernarda la que se sintió muy
orgullosa de su hijo.
Leonor y Agustín volvieron de la Alameda, este último veía
pasar los minutos muy lentamente, ya que en esa noche era su cita con Adelaida,
la convinieron a esa hora para que nadie los viera.
Aquel día Martín no se presentó a comer debido a que fue
a la casa de Rafael donde éste le contó
lo que pasó en la mañana.
Agustín conversó afablemente en la mesa, mientras Don Dámaso
preocupado por indecisiones políticas soltaba palabras incoherentes y Leonor
pensaba en Martín.
A las nueve llegaron Fidel con Doña Francisca y Matilde,
Agustín se acercó a ésta para conversar la cual estaba muy feliz por lo de
Rafael, sus padres al ver esto creyeron que estaban enamorados.
Llegó Martín con lo que Leonor se alegro y empezó a mostrar
interés en la conversación con Emilio Mendoza, luego se aburrió y se dirigió a
tocar el piano. Le pidió a Martín que le pasara libro de piezas; Martín se lo
sujeto y debía ir cambiando las páginas, conversaron sobre la teoría del amor
sin esperanza, de que si el amor es verdadero los hombres se ponen tímidos y
por último Leonor le dijo que Rafael podía ver Matilde el Domingo en un paseo a
caballo al Campo de Marte, luego se retiró; Martín se puso trite porque pensó
que toda la conversación fue para decirle lo último, Agustín lo distrajo de sus
pensamientos conversando con él hasta las once.
Camino para su casa Don Fidel y Doña Francisca conversaban
de arreglar el matrimonio entre Agustín y Matilde.
Agustín esperó en las inmediaciones de la casa de Doña Bernarda
hasta la señal, las visitas se retiraron y la puerta del postigo se abrió,
sintió miedo al empujar la puerta la cual rechinó, lo que hizo que retrocediera.
Ingresó al patio, estaba oscuro lo que hizo que viera luz de
la antesala, a la que entró con sumo cuidado; una vez adentro no veía a
Adaleida, lo que hizo que pensara que se trataba de una traición, estaba muy
asustado.
Adelaida Apareció, él iba a apagar la luz pero ella le dijo
que no, entonces apareció Doña Bernarda y Amador, este último sacó una navaja
simulando estar encolerizado, se lanzó sobre Adelaida para hacerla pagar, pero
Doña Bernarda lo detuvo.
Agustín se escondió detrás de un sillón, a donde Amador fue
a amenazarlo hasta que finalmente accedió a casarse de inmediato, Amador salió
en busca del sacerdote, entre tanto Agustín le rogaba a Doña Bernarda que lo
dejara salir, que prometía que volvería al otro día para casarse, esta dijo que
no porque Amador la mataría si lo dejaba salir.
Amador llegó con el sacerdote el que los casó; Agustín estaba
muy angustiado, no sabe como contarle a su familia, perdió su honra. Amador le
dijo que le daba un par de días o si no les contaría el mismo.
Cuando Agustín se fue comenzaron a reírse y a comentar lo
que había pasado, Edelmira le dijo a su hermana que cómo se había prestado para
esa farsa; ésta le contestó que de todas maneras Agustín se habría burlado de
ella.
Para Agustín los siguientes días fueron una pesadilla, se
sobresaltaba con cualquier cosa, temía lo que diría su padre, los llantos de su
madre y el desprecio de su hermana, pero sobre todo el que dirán.
No se suicidó solo por falta de coraje, era la única salida
que veía.
Durante esos días Agustín asistía a la casa de Doña Bernarda
para disimular el matrimonio, su amigo Martín lo acompañaba, lo que le gustaba
porque se fortalecía cada vez más su amistad con Edelmira, con lo que
Ricardo Castaños se ponía celoso y
trataba de desprestigiarlo pero no resultó.
En este tiempo Amador le pedía dinero. Una mañana Doña
Bernarda entró a la pieza de Amador, el que se estaba recién despertando de una
noche de orgia, le dijo que Agustín no le había llevado ningún regalo a
Adelaida, Amador dijo que se ocuparía de esto en la noche.
Cuando Agustín llegó a visitarlos, Amador lo llamó a un lado
y le dijo que quería mil pesos para el lunes, a lo que Agustín dijo que no
podía pedirle tanto dinero a su papá; pero Amador le dijo que lo tenía que
tener sí o sí.
Leonor había anunciado a su padre que iría a la pampilla a
caballo con su prima,, cosa que se hacía para el simulacro de guerra; a las
doce el Domingo tenía los caballos preparados, para Leonor, Matilde, Agustín,
Martín y para él.
Cuando estaban allá se les unieron Emilio Mendoza y Clemente
Valencia, los cuales escoltaban a Leonor; Martín la observaba desde lejos, en
ese momento la veía de otra manera que
añadía encantos a su persona.
Se detuvieron un rato al lado del batallón que cargaban sus
armas, en la primera descarga el caballo de Don Dámaso se inquietó haciendo que
botara las naranjas y limas de un vendedor, mientras arreglaban cuentas Martín
y Leonor fueron a cabalgar, los siguieron Matilde y San Luis; Leonor llegó
primero seguida de Martín, ésta dijo que estaban solos, Martín le preguntó si
eso le molestaba esa pregunta despertó su orgullo, ya que, lo invitó solamente
para no estar con la pareja a solas. Martín dijo que no se podía comparar con
Mendoza y Valencia, ella le respondió que no le importaba la clase social ni el
dinero y se fue cabalgando para reunirse con los otros, Martín se quedó meditando.
Al final del viaje Dámaso quedó muy cansado por lo que le
dijo a Leonor que no lo invitara a salir a cabalgar el resto del año.
Agustín le suplicó a Amador hasta que finalmente le aplazó
la entrega del dinero; la idea de Agustín era aplazar lo más posible el contar
lo de su matrimonio, en lugar de preocuparse por Adelaida, su amor se había
entibiado.
Así pasaron los días hasta el diez de septiembre donde Doña
Bernarda le dijo a su hijo que se acercaban las fiestas patrias y no se habían
comprado ropa, lo que era una tradición nacional.
Esa misma noche Amador le dijo a Agustín que su máximo plazo
para entregar el dinero sería el día siguiente.
Mientras Edelmira conversaba con Martín, en esas
conversaciones encontraba nuevos encantos pero no se atrevía a confesarle su
amor.
Agustín se metió inmediatamente a su habitación al igual que
Martín, Leonor había roto los deseos de este último a declararle su amor, pero
no se desesperaba.
En esos días Fidel había hecho serias reflexiones sobre el
compromiso, finalmente decidió llevarlo a cabo a pesar de este negocio no
descuidaba “El Roble”.
Amador, fue a buscar el dinero, pero justo llegó a hablar
Don Fidel con Don Dámaso, así que Agustín se excusó diciendo que no podía
interrumpirlos; Don Fidel fue a decirle que sus hijos estaban enamorados y que
arreglaran un matrimonio lo que le convenía, porque al tener a Agustín soltero
comenzaría a ser un gasto, Don Dámaso dijo que debía consultarlo con su esposa,
Don Fidel se retiró por lo que Amador le dijo a Agustín que le fuera a pedir el
dinero a su padre, éste le dijo que se lo llevaría en la noche, pero Amador se
negó, por lo que Agustín tuvo que ir a pedir el dinero.
Don Dámaso seguía reflexionando sobre la propuesta de Don
Fidel cuando llegó Agustín a pedirle dinero, éste se enojó y dijo que debía
casarlo cuanto antes, con lo que Martín quedó impactado.
Don Dámaso le preguntó, qué opinaba sobre su prima, Agustín
respondió que estaba bien pero él amaba a otra persona, Don Dámaso replicó que
eso no era verdad y que trajera la
cuenta al día siguiente, además, de su respuesta con respecto al matrimonio y
se retiró antes de que Agustín pudiera detenerlo.
Agustín afligido fue donde Amador a decirle que no podría
entregarle el dinero hasta mañana, éste le respondió que lo iría a buscar sin
falta.
Agustín le contó a Martín todo su problema sobre el
matrimonio; éste le dijo que lo primero era verificar si estaban realmente
casados por lo que debían ir de iglesia en iglesia.
Don Fidel llegó a su casa muy feliz por el negocio que
acababa de hacer, y le dijeron que Simón Arenal lo había ido a ver por el
asunto de “El Roble”, por lo que fue inmediatamente a verlo, éste le dijo que
Don Pedro San Luis le arrendaría “El Roble” si su hija se casaba con su sobrino
Rafael; Don Fidel quedó desconcertado sin saber con quién casar a su hija.
Después de estar un rato con su amigo se fue a casa para conversar el tema con
su esposa, ésta le dijo que casara por amor y con alguien que la hiciera feliz,
pero él sólo pensaba en el sustento económico; finalmente decide casarla con
Rafael.
Don Dámaso habló con su esposa e hija sobre el compromiso de
matrimonio, a lo que ambas se negaron.
Ni Martín, ni Agustín encontraron pruebas de que el
matrimonio fuera verdadero, estaban conversando sobre este tema cuando llegó
Leonor a contarles sobre el compromiso matrimonial, él le aseguró que no habría
tal boda y que no podía contarle su secreto.
En la noche Leonor tocó un vals nuevo, llamó a Martín quien
fue el encargado de voltearle las hojas, lo interrogó sobre el secreto de su
hermano, pero no consiguió respuesta y se pasó el resto de la noche hablando
con Emilio.
A las nueve Agustín y Martín se reunieron con los
certificados en manos, Agustín estaba eternamente agradecido de Martín, éste le
dijo que debían decirle a su padre, pero Agustín se negó, entonces fue Martín
el encargado de contarle a don Dámaso, tratando de quitarle culpabilidad a
Agustín.
La cena fue muy silenciosa; Leonor esquivaba las miradas de
Martín, ya, que pasó la noche en vela con una duda que la atormentaba, si acaso
estaba enamorada, le preocupaba lo que diría la gente si estaba con alguien
así, se debatía en ella la razón y el corazón; pero esto Martín no lo sabía y
lo tomó como una cruel muestra de indiferencia.
Después de almorzar don Dámaso fue a casa de doña Bernarda y
le pidió que hablaran a solas, le comunicó que el matrimonio era nulo, doña
Bernarda exaltada llamó a Amador, ambos negaron el hecho por lo que don Dámaso
los amenazó con demandarlo si no recapacitaban para el día siguiente y se
marchó.
Don Dámaso no podía tomar decisiones solo, por lo que les
contó todo a su esposa e hija, la primera se exaltó y la segunda dijo que se le
debía consultar a Martín, ya que éste ayudó a conseguir los certificados;
Martín dijo que por mil pesos él lo arreglaría, y don Dámaso accedió.
Entre tanto doña Bernarda, Adelaida y Amador discutían sobre
el tema, doña Bernarda estaba muy segura, en cambio sus hijos estaban
angustiados; cuando doña Bernarda salió de la habitación Adelaida le dijo a su
hermano que no le importaba el dinero, lo único que quería era salir del
asunto, Amador se lo prometió , y ella salió de la habitación.
Martín tocó a la puerta de la habitación de Amador y le hizo
una oferta, si él le daba una carta explicando el por qué había hecho un falso
matrimonio le daría cien pesos, de lo contrario se irían a juicio, Amador
acepto su propuesta.
Amador se dirigió donde su hermana y le contó sobre la
visita de Martín, omitiendo la parte del dinero, acordaron tocar el asunto con
su madre después de fiestas patrias, para evitar un castigo que no les
permitiera salir durante las fiestas; Amador presume que Edelmira le contó todo
a Martín.
Agustín le cuenta a su hermana con lujo de detalles como
sucedieron los hechos, en ese momento llegó Martín con la carta, Leonor la lee
y Agustín se alegró; bajaron y se la mostraron a don Dámaso y a doña Engracia,
quienes también se alegraron mucho.
Don Dámaso reprendió a Agustín y determinó casarlo lo más
pronto posible.
Leonor le dedicaba miradas indiferentes a Martín y tocó el
piano sin llamarlo, Emilio Mendoza fue quien dio vuelta a las hojas, todo esto
porque estaba celosa de Edelmira.
Mientras tanto don Fidel cerró el negocio con don Pedro, y
volvió a abrirle las puertas de su casa Rafael, fijaron el matrimonio para
mediados de noviembre.
Don Fidel fue a hablar con su cuñado y le dijo que no
casaría a su hija con Agustín, lo que desbarató todos los planes de éste.
Llegaron las fiestas patrias, las familias de don Fidel y
don Dámaso fueron a ver los fuegos artificiales. Agustín hablaba mucho de cómo
eran estos en París.
Doña Bernarda no se conformaba con el deprecio de Agustín y
Martín.
Leonor después de mirar largo rato a Martín lo invitó al
palco con ella, conversaron, pero Martín se ofendió y se fue.
En la noche Leonor en lo único que podía pensar, era en que
había ofendido a Martín.
En una carreta hacia el campo de Marte iba la familia Molina
con sus amigos; Doña Bernarda apoyada en una canasta de fiambres, frente a ella
sus hijas, al lado de Edelmira el oficial Ricardo Castaños, al lado de Adelaida
otro galán y sentada al frente con las piernas colgando y una guitarra entre
los brazos Amador; este era un cuadro típico de aquella fecha.
La familia Molina se divertía cuando pasaron por ahí Agustín
y Martín, Doña Bernarda que ya estaba media pasada de copas se acercó a ellos
diciéndoles a Agustín que si ya no saludaba a la familia, Agustín le dijo que
ya todo estaba arreglado acerca del matrimonio; Amador llegó en forma
apresurada al ver que el arreglo saldría a l aire, lo cual no le convenía y le
dijo al oído a Martín que su madre no sabía nada y que podía armar un escándalo
ahí mismo; entre tanto Doña Bernarda había agarrado la cuerda del caballo de
Agustín exigiéndole que bajara a tomar unas copas, el cual no quería por la
vergüenza que le daba que lo vieran con ellos.
Para que no se produjera un escándalo Martín descendió y
Agustín lo imitó, aceptando la copa que le extendía Doña Bernarda; En eso
Edelmira se acercó a hablar con Martín razón por la cual Ricardo celoso quebró
un vaso, ésta le dijo que si la había olvidado, Martín trató de excusarse
diciendo que no la iba a ver por tranquilizar a la familia de Agustín; En eso
llego en carruaje Leonor y Don Dámaso, el que le hizo señas a su hijo para que
lo siguiera a caballo.
Edelmira le preguntó a Martín si amaba a Leonor, a lo que
éste respondió que era aspirar muy alto, en eso apareció Agustín diciéndole que
debían irse, se excusaron torpemente y siguieron a Don Dámaso.
Los jóvenes se sorprendieron al ver llegar a Leonor al campo
de Marte, ya que en la mañana dijo que iría solamente a la Alameda; dijo esto
porque quería dar rienda suelta a sus pensamiento y meditar sobre el estado de
su corazón, por que la mayor parte de la mujer Chilena llevan una vida maquinal
donde sólo se preocupan de la ropa y de estrechas miras de una vida casera.
El corazón de Leonor estaba sufriendo una metamorfosis desde
que conoció a Martín, llegando a pensar en él todo el día, razón por la cual
verlo con Edelmira sintió el corazón de hielo, lo que nunca le había pasado
antes, lo que la hizo sentir triste por primera vez en su vida y llegó a su
casa de mal humor.
Esa noche Martín no fue al teatro porque estaba evitando
encontrarse con Leonor por lo ocurrido en la mañana, con lo que Leonor se
comenzó a imaginar que no había ido por escaparse a ver a Edelmira, no podía
soportar tener como rival a una muchacha del medio pelo.
Agustín le pidió que hablara con Leonor porque la que menos
creía su historia y si ella no le creía tampoco su padre, En la noche cuando
Leonor se dispuso a tocar el piano Martín se acercó inseguro, pero Leonor le
habló con tanta naturalidad que se relajó; trató de convencerla que la
explicación de Agustín fue sincera, ella le preguntó porque hablaba con tanta
ternura con Edelmira, él aseguro que porque la apreciaba, ella le preguntó si
la amaba el dijo que se le hacía imposible pero no por su clase social, ya que
le daba rienda suelta al corazón y que tampoco creía que ella lo amara a él;
por último ella añadió que no estaba enojado con él, luego se levantó del piano
y se retiró dejando a Martín más turbado que antes.
Al otro día del paseo en el campo de Marte, Doña Bernarda
recordó la disputa del día anterior sobre lo del matrimonio, había un arreglo del
que ella no sabía por lo que interrogó a su hijo, el que respondió de forma
evasiva lo que acrecentó sus sospechas.
Es por esto que fue a una entrevista con Don Dámaso; el que
le explicó todo el acuerdo y le leyó la carta que escribió su hijo, ya que ella
era analfabeta, se sintió muy avergonzada sobre este hecho y sólo pensó en ir a
su casa para descargar su cólera sobre sus hijos.
Felices corrían los días para Matilde y Rafael, los que
esperaban el día de su boda; esta atmosfera no era igual para la familia
Molina, Adelaida sufría por el matrimonio de Rafael y Edelmira por Martín, por
el cual había crecido un amor tan grande, del que él ni siquiera se imaginaba,
para apaciguar un poco su sufrimiento le escribía cartas que no le mandaría
jamás.
Ricardo Castaños seguía pretendiendo a Edelmira, la cual lo
aborrecía a pesar de ser apoyado por Amador y Doña Bernarda, los cuales lo
veían como un excelente partido.
Martín y Leonor hablaban frecuentemente con lo que se
acrecentaba la confusión en Martín, para ella todo era nuevo y excepcional,
acostumbrada a lo que se llamaba el miramiento social, para declarar en voz
alta su amor hacia Martín debía vencer ideas arraigadas desde la niñez.
Volviendo a lo que pasó después de que Doña Bernarda salió
de casa de Don Dámaso, llegó furiosa a su casa, llamó a sus hijos y los
interrogó, insultó a Amador de forma irrepetible, éste para salvarse de ser
mandado a cumplir como soldado como su madre la había amenazado confesó todo lo
que respecta al asunto de Rafael; Doña Bernarda enfurecida se abalanzó sobre
Adelaida, ante tal escándalo intervinieron Amador y Edelmira, los que
recibieron repetidos golpes de parte de su madre, la que poseía una gran fuerza
para su edad y género.
Esta escena terminó con Doña Bernarda inconsciente, sus
hijas llorando y Amador tratando de devolverle el sentido, al despertar la
mujer derramó amargas lágrimas por la honra perdida de su hija.
Todo el respeto y admiración que le tenía Doña Bernarda a
Rafael se transformó en odio; decidió ir a visitarle, lo que le trajo un mal
presentimiento a Rafael en cuanto lo vio entrar.
Doña Bernarda le exigió que se casara con su hija, este se
excusó diciendo que no podía debido a que se encontraba comprometido, pero que
reconocería a su hijo y le daría la mitad de la herencia que le había dejado su
padre, ésta se negó y dijo que lo arreglarían ante el juez.
Rafael desesperado le escribió a Martín pidiéndole que le
ayudara arreglar el asunto, éste le sugirió ofrecerle dinero a Amador para que
mantuviera a su madre controlada, quedaron de acuerdo en que Martín iría a
arreglar el asunto esa misma tarde; Luego hablaron del amor de Martín donde su
amigo le sugirió que le escribiera porque Matilde le cuenta que habla solamente
de él.
A esa hora estaba Amador hablando con Ricardo, el que le
pidió que hablara con doña Bernarda para pedir la mano de su hijo, Amador que
lo vio como una oportunidad para arreglar las cosas con su madre aceptó con
gusto.
Al poco rato de salir Ricardo tocó la puerta un criado que
le entregó una carta de Martín la cual le decía que se juntaran.
Amador llegó a la hora convenida con la incertidumbre de que
es lo que le diría Martín, sin rodeos Martín le dijo que le pagaría trescientos
pesos si hacía que su madre desistiera de su amenaza además de ocho mil para la
mantención del bebé, Amador dijo que lo hablaría con su madre, que al tener la
respuesta le escribirá.
Al llegar a su casa habló con su madrea a solas, primero se
disculpó diciendo que el solo velaba por el bienestar de la familia y le dijo
que Ricardo quería casarse con Edelmira, Doña Bernarda se alegró mucho por la
noticia, a lo que respondió que ella se encargaría de Edelmira aceptara; luego
se refirió al tema del que conversó con Martín diciéndole que aseguraran los
siete mil pesos para el bebé (él se quedaría con mil además de los trescientos
de su paga), finalmente Doña Bernarda le dijo que ellos se entendieran como
puedan; feliz Amador le escribió inmediatamente la carta a Martín diciéndole
que aceptaban, pero para su sorpresa no recibió los ocho mil pesos que
esperaba, sino que los depositó en una casa de comercio con encargo de dar las
ganancias a Adelaida.
Martín fue a casa de Rafael a darle las buenas noticias,
pero le advirtió que para no correr riesgos debe casarse lo antes posible.
Al otro día Doña Bernarda llamó a Eleonor para hablar sobre la propuesta de
matrimonio, ésta entró temerosa ante el llamado de su madre, ya que ha andado
muy colérico últimamente; al recibir la noticia Eleonor dijo que no quería
casarse, Doña Bernarda dijo que ella mandaba y que se casaría, Edelmira le
pidió tiempo para responder, pero su madre se lo negó, y le dijo que el
matrimonio se realizaría en un mes.
Eleonor se retiró a su cuarto a llorar su desgracia.
Entre tanto Daño Bernarda no había olvidado la venganza que
quería efectuar, siguió de cerca los preparativos de la boda y mandó a traer a
su nieto, el cual acrecentó su sed de venganza.
En lo que respecta a Martín y Leonor no habían muchas novedades, su
amor crecía y eran incapaces de declararse su amor, ella por su orgullo y el
por su timidez, ambos querían desprenderse de ese amor lo que desbaratado
inmediatamente después de cruzar miradas.
Se acercaba la boda, por lo que todos estaban en los
preparativos de ésta.
Estaban conversando
Matilde y Leonor, ésta le confesó que estaba enamorada de Martín y le contó el
desenlace de su amor como se ha visto a lo largo de la historia incluyendo
cuando creía que estaba enamorado de otra, Matilde le dijo que Martín estaba
enamorado de ella y que debería dárselo a entender.
Doña Francisca llegó con un vestido nuevo para su hija;
Leonor se fue para su casa donde se encontró con un criado en la puerta que
tría una carta para Martín, a lo que Leonor no le dio mayor importancia
pensando que era de un amigo.
La carta era de Edelmira, la cual le pedía consejo sobre su
situación del matrimonio arreglado; Martín le envió inmediatamente la
contestación diciéndole que la respuesta estaba en su corazón y que contara con
él para todo lo que necesitara.
En la cena el tema principal fue la boda, una vez terminada
ésta se dirigieron al salón para tocar el piano, ahí siguieron el tema, Leonor
dijo que había estado con Matilde la cual parecía ser la más feliz, su hermano
dijo que la imitara con alguno de sus enamorados, que podía elegir entre los
más ricos a lo que ella respondió que no le importaba el dinero, que hay muchas
cosas que valen más que la riqueza con esto se retiró del salón dejando a
Martín pensando en el sentido de sus palabras, fue interrumpido por un
sirviente que trajo una carta para Leonor de su prima pidiéndole que fuera
porque se estaba volviendo loca de dolor.
Una vez que Leonor dejó la casa de Matilde llegaron Rafael,
Don Fidel y Don Pedro.
Matilde y Rafael se dedicaron a tocar el piano mientras
hablaban de su relación y se juraban amor eterno, en eso llegó una criada
diciendo que buscaban a Matilde, ésta le dijo que le dijera que volviera otro
día; al ver tal respuesta Doña Bernarda irrumpió en el salón con un vestido que
ella creía era elegante y la hacía verse respetable, pero en realidad era muy
notorio que era de medio pelo.
Doña Bernarda le contó a todos los presentes que Rafael
había engañado a su hija prometiéndole matrimonio y luego dejándola embarazada;
Rafael trató de defenderse, pero su tío le dijo que se fuera que el iba a
arreglar el problema; ofreció mantener al niño y a Adelaida, pero Doña Bernarda
no aceptó dijo que lo que ella quería era que Rafael se casara con su hija.
Doña Francisca empapada en llanto dijo que arreglarían el
asunto en los próximos días.
Matilde le escribió una carta a Leonor su prima para que
viniera a verla ya que sabe que ella le ayudará a tomar una decisión con
respecto a su relación
Leonor después de media hora llego a casa de Matilde con su
padre. Leonor le aconseja que le escriba
una carta a Rafael diciéndole que su relación había llegado a su fin. Además
Dámaso apoya a Matilde en romper el plan de matrimonio que tenía, en cambio el
padre no quiere romper el plan de matrimonio entre Rafael y su hija de ningún
modo.
Después Martin fue a casa de Matilde, hablo con Leonor, poco
tiempo porque al hablar con él,
Martin fue a ver a Rafael a su casa y se encontró con que
Rafael había viajado a la recoleta franciscana, pues la carta de Matilde llego
a sus manos, y con el perdió todas sus esperanzas de reconstruir su relación
con ella. Rivas subió a la habitación y leyó la carta de Rafael San Luis su
amigo
Martin lee la carta de Edelmira Molina en la cual le cuenta a su amigo que no quiere casarse
con el capitán. Martin la anima a decirle a su madre lo que siente su corazón.
Intercambian otras cartas mas donde Edelmira le dice a Martin
que le da miedo confesarle a su madre el amor por otro hombre el cual es un
amor no correspondido, Martin en esas cartas encuentra valor también para su
vida y su amor.
Ricardo castaños el prometido de Edelmira, propuso a doña
Bernarda retrasar el casamiento a mediados de diciembre para que él ya tenga su
trabajo de capitán. Edelmira feliz por esta situación le cuenta a Rivas, pero a
Ricardo le dan su trabajo en 5 días, lo cual nos advierte que el matrimonio se
acerca a pasos agigantados y Edelmira siente la gran presión de contarle a su
madre o negar su dicha para siempre.
Martin le avisa a su madre que por falta de dinero no podrá
viajar a verla, pero lo que realmente sujeta a Martín en seguir su estadía en
Santiago es su querida y amada Leonor.
Leonor convenció a Matilde para ir un día de verano al campo
en casa de don Dámaso, lo cual le da tiempo Rivas de escribirle una carta a
Rafael en la cual le dice la posibilidad
que hay de confesarle su amor a Leonor.
Un día antes del matrimonio Edelmira le ruega a su madre que
no la obligue a dar su mano a un hombre que no ama sin embargo la mama no la
escucha y le dice que ella sabe que será feliz con el después de contraído el
matrimonio. Así pus Edelmira decide escribirle a Martin contándole la triste
resolución de la madre y también un plan que ha pensado y que consiste en
escaparse a la casa de su tía en renca quién sabe que la apoyará e impedirá que
se contraiga el matrimonio no deseado.
Cuando su amigo leyó la carta decidió en ayudarla y le pidió
poder acompañarla hasta la casa de su tía en Renca y no dejarla sola con el
desconocido cochero.
Edelmira salió de su casa con su criada rumbo a la iglesia y
al pasar por la plazuela vieron un carruaje y Edelmira se puso nerviosa porque
sabía lo que iba hacer, huir. Antes de entrar en la Iglesia intercambia un par
de palabras con Martin Rivas quien la iba acompañar en el carruaje en el viaje
hacia renca. Una vez dentro la muchacha Edelmira espera la oportunidad de salir
de la iglesia sin que su criada se dé cuenta. Luego ella le dice a la criada
que irá al confesonario, y al ver ésta que su criada se encontraba distraída
viendo los santos en los altares huye por la puerta y entra al carruaje en
donde se encontraba esperándola su amigo. En el viaje Rivas le pregunta si se
arrepiente y además le pone a su merced sus servicios como buen y confiable
amigo, en Renca la tía de Edelmira lo invita a almorzar y a cabalgar. Martín
antes de partir su viaje de regreso Edelmira le entrega una carta a Rivas
confesándole cual era el nombre de la persona que había robado su corazón y del
cual ella estaba enamorada.
L
En éste capítulo se nos menciona que ocurre con la criada al
ser abandonada por Edelmira en la iglesia. Al darse cuenta la criada que
Edelmira no estaba en la iglesia ni en la plazuela volvió a casa a preguntar si
Edelmira estaba allí. Luego de buscarla se reunió toda la familia para averiguar
en que lugar podría estar la joven. Después de un par de horas la familia
le pidió a la criada que contara la
sucesión de los hechos que ocurrieron hasta que perdió de vista a Edelmira.
Ella comenzó a relatar y mencionó de la conversación que mantuvo Edelmira con
Rivas antes de entrar a la iglesia, por esto sospecharon que él podría
habérsela raptado. Ricardo Castaños y Amador sospechaban de Martín pero Dámaso
confiaba en su inocencia y pensaba que él sería incapaz de cometer una falta de
ese tipo.
Todos en la casa esperaban al regreso de Martín para que les
diera una explicación a todos y así salir de dudas y el primero en ver llegar a
Martín fue Agustín el cual le conto los aires que habían en casa. En esa
conversación Rivas le cuenta tranquilamente y sin culpa lo sucedido exactamente
con Edelmira mostrándole que él no cometió falta alguna, sino que sólo le hizo
un favor al acompañarla donde su tía.
LI
Entró Martín a la casa donde todos le esperaban sentados a
la mesa. En la conversación reinó el tema de los paisajes de París y no de lo
acontecido en la mañana. Al salir Doña
Engracia le dijo a su marido que no podía dejar pasar esta situación y debía
hablar con Rivas del asunto. Entonces Don Dámaso mando a llamar a Martín a su
antesala, ahí Rivas le dice que ya sabe a que lo ha llamado y le cuenta la
verdad de la historia y que él acompaño a Edelmira a Renca. Don Dámaso lo
disculpa y lo entiende y le nombra que su mujer es muy alarmada. Luego de ésta
conversación, Rivas se acerca a Leonor para contarle la verdad de los hechos
pues le preocupa lo que piensa de él. Leonor lo recibe con sarcasmos y con crueldad a tal punto que Rivas se
siente dolido y humillado entonces vuelve a su cuarto y reposa en un asiento mientras lloraba, allí recordó que poseía la
carta que le había dado Edelmira donde confesaba que era de él quien ella
estaba enamorada, se compadeció de ella y de su mala suerte en el amor. Decidió
quemar todas las cartas provenientes de Edelmira para que él no se tentara y Leonor jamás las descubriera.
Luego de quemar las cartas se dedicó a ordenar su equipaje para abandonar
Santiago al amanecer, pero antes escribe algunas cartas. La primera a Dámaso
agradeciéndole y la otra a Rafael San Luis en la cual le cuenta todo lo
acaecido y su decisión de dejar la casa.
Resolvió en comenzar su viaje a Valparaíso a las diez de la
mañana.
Nos encontramos a principios de enero del año siguiente
donde se nos menciona que la familia de Don Dámaso se encuentra en su hacienda.
Matilde estaba olvidando sus antiguos amores y dolores, con las atenciones y
aprecios de Agustín su primo. Mientras que Leonor pensaba en lo sucedido antes
que se alejara Martin y se arrepentía de su trato hacia él, y trataba de
conservar y ser fiel a Martin y no le prestaba atención a los galanes que la
visitaban. Al mismo tiempo de estos sucesos Rafael le envía una carta a Martin
diciéndole que él aun amaba como antes a Matilde y su soledad en ese
entonces. También llegó a sus manos otra
carta que provenía de Matilde en la cual decía que ella deseaba que la otra
mujer a la que él amaba lo hiciera feliz y fuera merecedora de su amor.
En marzo de 1851 Martín fue a la casa de Rafael. Allí hablan
de lo que han hecho el último tiempo y el nuevo afán de Rafael que es la
política, después que recibió la carta de invitación de dos amigos que conoció
en la sociedad de la igualdad. Luego de hablarle con pasión por la consagración
a la política, Rafael estaba convenciendo a Rivas de volver a unirse al
movimiento, quedándose de reunir con los demás a la noche. También Rafael
invita a Martin a vivir a su casa. Luego, al otro día Martín a Renca a visitar
a Edelmira y allí su pusieron al tanto con sus vidas. Ahí, Edelmira le cuenta a
su amigo que se enteró del altercado que produjo su favor hace algunos meses, y
se comprometió a ayudarlo cuanto fuere posible para que volviese a estar cerca
de Leonor y ser feliz.
Matilde le menciona a Leonor que se ha encontrado con Rivas.
Y después de algunos días Edelmira llegó hasta la casa de Leonor para hablar
con ella, para decirle que el corazón de Martin Rivas solo le pertenecía a ella
y a nadie más y que el siempre le ha sido fiel y le mostro como prueba, las
cartas que él le había enviado a Edelmira. También le dijo a Leonor, que Rivas
estaba viviendo donde San Juan, entonces ella mando a su hermano Agustín a
buscarlo.
LV
Rafael le pregunta a
Rivas si volvería a casa de Dámaso aunque se lo pidiese Leonor, éste le dice
que no. A la mañana siguiente recibe la visita de Agustín quien le pide que
regrese a la casa de su padre y que su hermana Leonor quien se lo pidió, Rivas
le cuenta del trato con San Juan pero acuerdan que Martín ira a visitarlos a la
noche. Rafael convence a su amigo que no vaya a ver a su amada
Martin le escribe la carta a Leonor en la cual declara su amor
desahogándose completamente sabiendo que no morirá sin que Leonor supiera lo
que guarda su corazón.
Llega la noticia de la revolución en la madrugada a casa de
los Encina. Hubo gran turbación y revuelo
dentro de la casa sin saber que
decisión tomar al respecto, todos estaban asustados y eufóricos excepto Leonor
quien era la persona más tranquila en ese entonces. Después de unos minutos
llegó una carta a manos de Leonor en nombre de Martin Rivas quien le da a
conocer la situación en la que el esta y su decisión al respecto. Leonor temió
por la vida de Martin. Tras la batalla el pueblo ganó y Urriola se tomo la
artillería.
Martin y Rafael intentan entrar en el cuartel junto con el
pueblo que estaba luchando, y en medio de la lucha una bala derribó al coronel
Urriola, también las fuerzas enemigas lograron matar a Rafael San Luis, dañaron
además a Martin pero no lograron derribarlo. Junto a esto, Amador y Ricardo
quieren encontrar a Martin Rivas para matarlo, el cual huye a la casa de Don Dámaso.
La familia Encina en medio del combate dentro de su hogar
rogaba por la salud y bienestar de Martín Ribas que sabían que estaba
combatiendo. Despues de algunos sucesos, Leonor divisó a alguien corriendo
hacia la casa y con gran alegría recibió a Martín al cual todos creían
gravemente herido o muerto, ella lo recibió en la habitación de él sin que
nadie los hubiese visto, y allí ella curó sus heridas y hablaron también sobre
la carta recibida anteriormente de parte de Rivas, además Leonor declara su amor a Martín. Después de
algunos minutos Ricardo llega hasta la casa de Don Dámaso y registra la casa,
Martin se encuentra en graves problemas puesto que quieren atentar contra su
vida. No logran matarlo pero se lo llevan, y Don Dámaso advierte a Ricardo que
él intercederá por Rivas ante el Presidente.
Leonor estaba desconsolada por la suerte que corría Martín
Rivas su enamorado es por eso que Don Dámaso fue a apelar por Martín, prefirió
esperar a que los ánimos se calmaran un poco más para acudir en ayuda del
enamorado de su hija Leonor. Mientras que Martin sigue preso y luchando para
salir victorioso,
Leonor estaba desesperada por la vida de Martín entonces
formo un escándalo en la casa para que su padre fuera en ayuda de Rivas, fue
tanta su desesperación que les dijo a todos los presentes, a toda su familia
que estaba enamorada de Martin Rivas, quedando todos perplejos ante tal
afirmación.
LXI
Martin fue aprisionado con centinela a la guardia pero
Leonor intervino con ayuda en la guardia consiguiéndole comida a Martin,
almohadas y cartas para poder comunicarse y Martin pidió a Leonor en la carta
que comunicara la muerte de Rafael a la familia San Luis. Después se informo
sobre la condena a muerte de Martin Rivas, frente a esto Leonor y Agustín
presentaron una carta en nombre de su padre que les permitiría ver a Martin en
prisión. Pensaron en como podrían salvar a Rivas de esto y los tres desarrollan
un plan de fuga para el día siguiente.
Al otro día, a los hermanos Encina no los dejaron ver a
Martin. Leonor le fue a rogar ayuda a Edelmira para salvar a Martin de la
condena, y a Leonor se le ocurre que
ella se puede pedir a su ex novio que tiene cargos en el cuartel poder
ayudar a Martin en estas circunstancias. Después de hablado todo Leonor le pide
a Edelmira que le envíe los resultados del favor con su hermano Agustín.
Ricardo recibe a Edelmira y ella le dice que quiere probar
su amor a él y decide casándose con él, pero a cambio tiene que soltar a Martin
Rivas de la prisión. Y aunque el pierda el empleo por lo que va hacer, la
familia de Leonor lo mantendrá. Entonces el novio de Edelmira le promete que al
próximo día Martin será hombre libre nuevamente. Luego de llegar la información
de los sesultados a Leonor, le agradeció infinitamente los favores concedidos
hacia Martin.
Le escribe cartas despidiéndose a su familia, y a Leonor le
escribe contándole como nació ese tesoro de amor en su corazón. Leonor le envía
una carta a Martin diciéndole que todo está listo para su fuga gracias al pago
del centinela que lo estaba vigilando, y le pide cautela y sigilo, una vez
fuera de prisión Agustín lo recibió con un abrazo fraternal y amigo. Después
Leonor le jura amor eterno a Martin en el carruaje antes de separarse en el
camino por seguridad de él. Todos se despiden y Martin emprende su viaje a
caballo rumbo a Lima.
Carta de Martin Rivas a su hermana. Octubre 15 1851
En esta carta Martin Rivas nos menciona que estuvo cinco
meses ausente, pero que nunca su amor se apagó. En la carta menciona la gran
pasión con la que ama a Leonor y lo feliz que lo hace, también cuenta el cambio
en el carácter su amada para con él. También nos menciona que Agustín se caso
con su prima Matilde, y que Ricardo Castaños estaba junto a Edelmira, como ella
lo había prometido.
Además le cuenta a su hermana que a pesar de su condición
social en comparación con su prometida, la familia lo incorporó como uno más
del seno familiar.
mui lARGO
ResponderEliminarDemasiado 😔👌
EliminarEs muy largo una basura yo quiero hacer mi tarea pero mecesito un resumen de 2 planas no ocupar el cuaderno completo
ResponderEliminarweones culiaos entonces vayan a leerse el libro completo po
ResponderEliminarsale pa ya klo el libro tiene 414 paginas
Eliminarchupala feo klo
EliminarCorrección tiene 509 paginas
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